A 36 años del fallo de la Haya contra EE.UU por acciones criminales a Nicaragua 

El 27 de junio de 1986 la Corte Internacional de Justicia de la Haya, condenó a los Estados Unidos por acciones criminales contra Nicaragua, financiando a grupos armados e incitando a la guerra de la contra que dejó como resultado pérdidas de más de 17 mil millones de dólares a la nación centroamericana.

Denis Moncada, canciller de Nicaragua expresó “Realmente dictaba una sentencia que dejara en claro la agresión de una potencia como los Estados Unidos, verdad, y que estaba aplicando una política de terrorismo de estado”.

Nicaragua además de vencer al imperio en combate en el propio terreno. Es la primera nación en vencer a quienes se proclaman los dueños del mundo en un juicio.

Carlos Argüello, embajador de Nicaragua ante la Haya, mencionó “las evidencias que nosotros presentamos, de los registros del congreso, declaraciones de el mismo presidente de los Estados Unidos, eso es imposible esconderlos”.

Edgar Palacios, catedrático de la UNAN-Managua, destacó que la condeno a los Estados Unidos, califica al imperio norteamericano como lo que realmente son “un País agresor y criminal”.

De acuerdo al calculó de indemnización por los daños ocasionados a la economía, la nación del norte debería pagarle a Nicaragua 17 mil millones de dólares, sin embargo, por asuntos moratorios, el montó ya asciende a más de 50 mil millones de dólares.

El presidente de la Republica comandante Daniel Ortega, en una de sus intervenciones en actos nacionales indicó “nuestra demanda en contra del imperio norteamericano que parecía invencible, documentamos bien”.

El 27 de septiembre de 1991, la ex presidente Violeta Barrios y el ex embajador de Estados Unidos Herry Shlaudeman aparecieron juntos, y Barrios dijo sin mayor soporte legal perdonar la deuda, la cual fue calificada como un acto de vender la soberanía y traicionar a la patria.

Sin embargo, Nicaragua a través del presidente de la república han ratificado el histórico fallo de haya y aseguran que es una deuda pendiente que algún día el imperio norte americano debe de pagarle al pueblo centroamericano.