Stephen Hoge: “Una vacuna podrá detener esta pandemia”

El Dr. Stephen Hoge, presidente de Moderna (laboratorio en EE.UU.), se muestra positivo luego que la vacuna que realizan mostrará un 94,5% de efectividad, por lo que destacó que «Eso debería darnos a toda la esperanza de que en realidad una vacuna podrá detener esta pandemia y, con suerte, devolvernos a nuestras vidas».

AP © Hans Pennink

Aunque el estudio de la vacuna de este laboratorio aun continua, gracias a los excelentes resultados se encuentran en el camino para solicitar permiso en unas semanas para uso de emergencia en los EE. UU.

Aunque en la vacuna que trabajan esta dando buenos resultados para Hoge, se necesitarán más, pues la demanda es muy por encima de la capacidad de un solo laboratorio.

“No será Moderna solo quien resuelva este problema. Se necesitarán muchas vacunas para satisfacer la demanda mundial”.

Tanto Moderna como su competencia Pfizer, han indicado que los pacientes necesitarán dos inyecciones, con varias semanas de diferencia para que muestren su eficacia. Por otra parte, para finales del 2020 Pfizer y su socio alemán BioNTech esperan tener alrededor de 50 millones de dosis en todo el mundo para fines de año.

La vacuna de Moderna, creada con los Institutos Nacionales de Salud, se está estudiando en 30 mil voluntarios que recibieron la vacuna real o una inyección simulada. El domingo, una junta de monitoreo independiente rompió el código para examinar 95 infecciones que se registraron a partir de dos semanas después de la segunda dosis de los voluntarios, y descubrió que todas menos cinco enfermedades ocurrieron en los participantes que recibieron el placebo.

El estudio continúa y Moderna reconoció que la tasa de protección podría cambiar a medida que se detecten más infecciones por COVID-19 y se agreguen a los cálculos. Además, es demasiado pronto para saber cuánto dura la protección. Ambas precauciones se aplican también a la vacuna de Pfizer.

Pero los monitores independientes de Moderna informaron algunos datos adicionales y prometedores: los 11 casos graves de COVID-19 se produjeron entre los receptores de placebo y no hubo preocupaciones importantes de seguridad.

En cuanto a los efectos secundarios, se descubrió que al gunos pacientes presentaron fatiga, dolores musculares y dolor en el lugar de la inyección.

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