¿Cuál es el origen de las protestas y disturbios en Chile?
El origen de las protestas y disturbios en Chile, ocurrió el 18 de octubre producto del alza en el pasaje del metro, detonando el estallido social.
Actualmente son 12 días de protestas, en los que el pueblo chileno exige la renuncia del mandatario Sebastián Piñera y convocar a una asamblea constituyente.
Así está el panorama político en el país
El viernes 18 de octubre en Santiago (capital) sucede el estallido social y los enfrentamientos, después del anuncio del alza en las tarifas del metro, el costo pasó de 800 a 830 pesos chilenos (poco más de un dólar), incendios y ataques al metro obligaron a cerrar las estaciones del subterráneo.
El presidente Piñera esa misma noche declara estado de emergencia para «garantizar la seguridad pública»
Al día siguiente los pobladores de la capital fueron reprimidos por las autoridades, produciendo un caos mayor, además el conflicto inició a extenderse a ciudades como Valparaiso y Viña del Mar, aun cuando se realizó la suspensión de este incremento en el combustible.
Ese mismo día se declaró toque de queda en Santiago. Fue el 20 de octubre que Piñera declara ante los medios de comunicación «estamos en guerra contra un enemigo poderoso», llama a la unidad y a condenar «la violencia y delincuencia».
La suspensión de las clases se da el día 21 de octubre y ante la situación el mandatario convoca a una reunión con los partidos políticos para llegar a un acuerdo social.
En el caos, el presidente pide «perdón», pero el descontento persiste el día 22. La mañana siguiente los principales sindicatos y movimientos sociales llaman a huelga general asistiendo decenas de miles de manifestantes.
Para el 24 del mismo mes se declara un plan para el fin de toque de queda y estado de emergencia. En Santiago se reunieron 1,2 millones de personas creando una movilización histórica el 25 de octubre.
El estado de emergencia es revocado el 27, sin embargo hasta la fecha continua la represión en contra del pueblo chileno.
Hasta el momento, se contabiliza una cifra de 20 personas fallecidas, según las autoridades nacionales. Los ciudadanos continúan exigiendo un cambio en la política del país, y aseguran que no desistirán hasta lograrlo.
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