Rosario llama a seguir pidiéndole a San Romero de América que nos siga uniendo en fuerza y amor
La Vicepresidenta de la República de Nicaragua, Rosario Murillo, en sus comparecencia posterior al acto de celebración de la canonización del Monseñor Óscar Arnulfo Romero reiteró el deseo, del pueblo y de sus representantes, de la paz, la fraternidad y el bienestar para todos los hermanos nicaragüenses.
«Como vibra el amor en esta tarde, el amor a Dios por sobre todas las cosas, el amor al prójimo, el amor al hermano como a nosotros mismos; principio cristiano», expresó.
«Por eso estamos pidiéndole a Dios nuestro Señor, a San Romero de América que nos siga uniendo en fuerza y amor para que sigamos construyendo la paz en medio de todos los desafíos», exaltó,
Rosario manifestó que existen grupos que llaman a la destrucción, que no llaman ni a la paz ni al cariño.
En ese sentido expresó que son “Personas como decía el Comandante con corazón de piedra, con corazón duro; desgraciadamente personas que no han logrado sanar su corazón y que más bien cada día se llenan de más odio”.
Indicó que eso no es un sentimiento cristiano, haciendo referencia a muchos líderes religiosos que han sido propiciadores de la destrucción en los últimos meses, y en lo largo de la historia de este país.
La Compañera hizo un llamado a llenarse de “Mucha paciencia, a llenarse el corazón del espíritu de Cristo, que fue capaz en todo momento de perdonar a quienes le ofendían y a quienes incluso, le llevaron a la cruz”.
“Tenemos que pedirle todos los días que nos llene a nosotros, para ser capaces en medio de esa batalla, que yo personalmente pienso que es una batalla entre el bien y el mal, en medio de esa batalla que no nos ceguemos, que tengamos la paciencia decía, divina paciencia, sagrada paciencia para seguir pregonando amor, encuentro, Reconciliación, perdón entre nosotros como clave para la paz”, destacó.
Enfatizó que hay que dar gracias a Dios por todo lo que se ha logrado restaurar, para seguir teniendo fuerza y poder hacerle frente a todas las batallas en su nombre, porque Nicaragua es un pueblo lleno de compromiso, que busca vivir en tranquilidad.
