A 161 años de la Batalla de San Jacinto
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Ha transcurrido el tiempo y la historia está viva, presente, en el corazón de los nicaragüenses. Son 161 años que se cumple de la Batalla de San Jacinto, un hecho sin precedentes en nuestra historia.
En esta casa hacienda se libró una batalla para defender la Soberanía Nacional y evitar el control político del filibustero William Walker, un norteamericano que se auto nombró presidente de Nicaragua, 160 efectivos de las fuerzas patriotas del Ejército del Septentrión (de los cuales 60 eran flecheros indígenas de Yucul, departamento de Matagalpa), comandados por el Coronel José Dolores Estrada contra 300 filibusteros, del estadounidense William Walker, comandados por Byron Cole. Una lucha sin cuartel y con valentía.
Los filibusteros subestimaron la valentía e ingenio de los nicaragüenses quienes lucharon con el corazón, aquí nace la leyenda de Andrés Castro quien realiza la hazaña más grandiosa de las batallas libertadoras, al derribar de una pedrada mortal a un filibustero dentro del corral de madera.
Este combate es la única batalla en el mundo que se ganó por una estampida de caballos, pues el ataque a retaguardia ordenado por Estrada causó un tropel de potros que provocó la huida de los filibusteros.
Durante el batalla, Andrés Castro empleó su ingenio y como estrategia militar le ordenó al capitán Liberato Cisne, al teniente José Siero y al subteniente Juan Fonseca, junto con sus escuadras integradas por 17 soldados atacar la retaguardia de los filibusteros; al atacar a estos dispararon sus fusiles y gritando ¡Viva Martínez!, ¡Viva Nicaragua!, provocaron la carrera de sus caballos, los cuales bajaron desde el cerro cercano en tropel, hacia la retaguardia de los filibusteros por el teniente coronel Patricio Centeno y un oficial de apellido Flores (según el testimonio posterior del teniente José Siero). Creyendo que llegaban refuerzos, los filibusteros huyeron con rumbo hacia Tipitapa (con varios heridos que murieron después), a las 11 de la mañana, tras 4 horas de combate.
Esta hacienda era de importancia para los filibusteros pues buscaban formar una base militar. Hoy la hacienda es visitada por estudiantes y turistas quienes al llegar rememoran paso a paso este gesto de patriotismo.
La Batalla de San Jacinto fue la primera batalla de carácter patriótico nacional superando la guerra civil de ese momento, los nicaragüenses demostraron el amor por la soberanía del país.