El legado del Comandante Carlos Fonseca a su familia

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Un hombre solo no forma un pueblo, pero un pueblo si puede estar simbolizado en un hombre, por su amor, por su heroísmo, eso y más era, es y será Carlos Fonseca Amador.

Carlos Fonseca, padre de la revolución sandinista, cumpliría 81 años de vida precisamente el día del padre nicaragüense.

A pesar de integrar la lucha armada, siempre la familia fue primordial, incluso llevarlos a Cuba fue una opción para estar con ellos, debido a la persecución que le hacia la dictadura somocista.

Desde pequeño aparto los juguetes por los libros, la lectura era su pasión, hombre inteligente, llego a estudiar derecho en la ciudad de León.

En dos etapas de revolución, el legado de Carlos Fonseca está presente, en cada hospital construido, casas, calles y programas sociales para la población, su gesta valió la pena, su semilla germina.

El tayacán vencedor de la muerte, siempre fue un factor de unidad, en el ámbito familiar y en el político.

No solo se preocupo por su educación, sino por la de los demás.

El hombre ojos de miel, dejo huellas en el pueblo y sus hijos en los cuales inculco valores.

Carlos es un eslabón vital y forjador de victorias gracias a su empeño, lucha y legado, el amanecer dejo de ser una tentación.

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