Se nos fue otro mago de las letras

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Navegó con las letras durante muchos años y regresó al polvo de donde vino, llegó a la edad de 72 años el poeta nicaragüense Carlos Rigby.

Ayer martes 23 de Mayo 2017, anunció su muerte física la importante poeta nicaragüense Rosario Murillo Vice-Presidente de la República de Nicaragua.

Rigby falleció en el hospital Carlos Roberto Huembes, supuestamente de una subida de presión arterial, informaron medios de prensa de Managua.

Rindiéndole homenaje a este hijo de Laguna de Perla de la Costa Atlántica de Nicaragua, la poeta Murillo esbozó “el querido hermano, costeño. poeta, escritor, coherente y consistente nicaragüense Carlos Rigby, acaba de fallecer” hablando en medios de comunicación oficial.

Rigby quien siempre estaba con dolores de parto que salían del vientre de las letras, con él formamos un grupo de poetas y pintores en la ciudad capital Managua, siendo nuestro templo cultural la cafetería la India.

Casi todos los días, el que escribe, Guillermo Menocal, Carlos Pérez Macías, Ciro Molina, Francisco Santos Mario Santos, Beltran Morales, Felix Navarrete, David Macfielf así como los pintores Efrén Medina, Orlando Sovalbarro, Frank Orozco, June Beer, Leonel Vanegas, Genaro Lugo, Alejandro Canales, Fernando Saravia, etc., etc., etc..

Fue a mediados de los años 60 que conocimos a Rigby, en la cafetería la India, escribía sus poemas en servilleta este valioso representante de la Costa Atlántica de Nicaragua, y de vez en cuando nos daba lecturas cafeteras. Su luminosidad poética era sorprendente.

El poeta que vive hoy en el mundo espiritual, caminó todo el tiempo con la humildad y supo ser generoso y amigo. Descansa en Paz, Carlos Rigby.

UN POEMA
SINFONIA PARA LOS PECES EN SIM-SAIMA- SI MAYOR

Por largo rato me quedé echado
sobre el regazo de mi abuela
pensando en los largos sueños de mi
juventud.

En un tono de superstición y sukia
me decía aquella kúka amada
“Hijo es peligroso viajar por mar
el primer día de luna llena
especialmente en un bote
de barrigahinchada-y-delicado- de embarazo-de quíntuples.
Peor suerte es todavía hijo
viajar en compañía
de un reverendo Padre
o
una reverenda Madre
séalo por aire
séalo por mar.
Ora hijo,
tienes que orar,
que oraciones te lleven
que oraciones te traigan.
Es más hijo mío:
Horribles peces acechan
a las sombras de las aguas:
El tiburón sanguinario
con esa aleta de la muerte
como periscopio de submarino
espiando, espiando y espiando.
El mero y la barracuda
rondando nuestros sueños
con ese aire pesado
de agente de seguridad …
El pez sierra
con cada diente más filoso
que una hoja de afeitar ..
El pez-espada
–verdugo de ballenas-
con ese bisturí asesino
resplandeciendo como cuchillo de zapatero
que ataca y repele
con ímpetu de D’Artagnan …
Es la gloria del pez-estrella
y el caballito de mar
la que es salpicada
por nuestra gran gloria
hijo
proyectándose hacia la otra
cara azul de la luna.
El mar es capaz
de volverse hostil
hasta contra su propio Creador.
Pero al final de la carrera, hijo,
él también como nosotros,
aparecerá sin camisa
frente a las playas
de la eternidad
sonriente como un payaso
después de los aplausos”.

El único lugar
donde yo he vertido
lágrimas sinceras
sin saber exactamente por qué
ha sido contra el regazo huesoso
de mi adorada abuela paterna
y hoy en la víspera de mi partida
de mi primer plenilunio
hacia el reino salado de los peces
lo he vuelto a hacer …
¡Lo he vuelto a hacer
y con los ojos de nuevo en flor!

Yo sabía entonces que
con mi equipaje de sueños
de fabricación casera
tirado sobre el hombro izquierdo
y el otro de fabricación X
tirado sobre el hombro derecho
habría que proseguirme el camino
hacia el punto cero
entre las infamiliaridades gratas
donde vocación y avocación
me esperan
pacientemente impacientes
para hacer uno en mí
por mí
y a pesar de mí
sólo para mí.

La hora apremia y las aguas suben …
Beso a mi abuela.
Le digo adiós.
Recojo mis cosas y me voy …
Nos alejamos del viejo muelle
entre adioses de manos y pañuelos
dejando atrás algunas lágrimas secas
pero también algunas como las de mi abuela
parada en la baranda de nuestra casa
mirando hacia el mar
con una taza de café negro en la mano
y un par de oraciones
balanceándose sobre los labios.

El crepúsculo tendía sus últimas gotas sobre el timón del bote.

Algunas aves pesqueras se hacían para la costa

esquivando los primeros aleteos de la noche
descendiendo sobre lo profundo.

Son tantos ojos
hinchados de lágrimas recientes
que miran aquí afuera
sobre este mar color de tristeza
que no me dejan olvidar aquella muchacha
que voy dejando atrás en este pueblo tan pegado al agua

… Otra vez
el alejarme de mi hogar
me deja este sabor a mar en el corazón.

El mar es domable sólo en el pensamiento.
Desde un principio sus aguas han venido pisoteando las cosas sagradas.

Algo divino ha de suceder algún día de estos.

Aún persiste sobre sus olas

aquella soledad de peces

para la hora de los muertos-por-agua

y yo aquí afuera sobre este campo de juego de peces

alejado tantas millas del pecado de las ciudades

siempre he de reconocerme

menos noble
que este cuerpo de agua

aunque me siento hoy tan cerca de Dios en la licuefacción de mis sentimientos.

Hoy probablemente me aguarda

a las sombras de los peces

el glu-glú del ahogado

acompañado de las últimas burbujas

que lanzan las cosas conquistadas por el agua.

Así fue que nos hicimos al mar

en un tiempo cuando éste

apenas se movía

a un lento ritmo oriental

y el rompimiento de sus olas

dejaba sendos callejones de champaña

desparramados como flores blancas

sobre un desierto oscuro

en adoración sólo al Mamón de la superficie

… y llegamos hasta la madrugada

del primer día

de mi primer plenilunio cabalgando las olas

con música de radios

abrazos de enamorados

carcajadas metálicas

y canciones animadas de palo-de-mayo

con guitarras a proa guitarras a babor.

(Estaban frescas todavía sobre algunos ojos
las contorciones sensuales de aquella negra

hermosa que meneaba la cadera y las regiones

del ombligo como las ondas del mar.

La que jamás falló a un solo palo-de-mayo

en sus 15 años de simsáimasimaló.

Cuando se le reventó el apéndice
al hospital fuimos a dejarle flores

jugo de naranja enlatado

y una pequeña “Get Well Card”

con leyenda en inglés (por supuesto).

Toda la mañana del segundo día de mi primer plenilunio sobre lo profundo
era mía para ensayar

mi eternidad contra la del mar.

En estos momentos yo quise

que mis hora enteras fuesen

un solo grito universal

de rosas acuáticas y lenguajes de caracoles

y se lanzasen contra todas las posibles playas

de este globo carcomido

y que al retirarse las aguas de nuevo hacia sus cauces

se quedase alguien como yo contemplando mis descarnados restos

y se dijese en un gesto como de periódico:
Este amó demasiado.
Sufrió de mujeres.

Murió de presente porque no pudo olvidar el pasado.
El futuro no le debe nada:

pues en vez de la vida
escogió a la humanidad.

Fue negro pero sobre todo

vivió una poesía más interesante que su propia piel.

Adentrándonos en la noche. Nos adentramos en el miedo
sobre unas olas frenéticas a go-go

con la pequeña brújula histérica hacia el horizonte

que sube y baja más rápido

que los propios latidos

del corazón del timonero.

Furia y salvajismo en éxtasis de olas y espumas
destruyéndose y volviéndose a incorporar de entre sus propios escombros.

Pero, ¿cuál es la verdad?

¿Qué las olas se arremeten contra el bote

o
que el bote se arremete contra las olas?

La realidad es que ambos se encaminan hacia/o des algo

encontrándose mutuamente en sus respectivas ir-llegando.

Pero todo

todito fue suficiente
para que cualquiera se sintiese

desterrado arbitrariamente
bajo las últimas cenizas agonizantes de la luna redonda y opaca
o

imaginarse descarnado entre los peces

como un animal muerto

con los repartidos huesos hechos un souvenir

para aquellos monstruos submarinos

que el productor de cine no ha descubierto todavía.

Las travesuras y osadía de los elementos tienen que seguir.
Toda esta ondulación y movimiento tienen que seguir.

Yo conozco a marineros de sangre fría con fichas en todos los mares

que me han contado espeluznantes historias de película

de aventuras que han tenido en las esquinas más calientes

de estas patadas-de-mula

y de cómo han orado a Dios

solicitándole una cita

en cualquier punto de reunión sobre un mar

neutral para firmar un pacto de tregua

o de paz.

Yo he visto a hombres llorar como niños extraviados de mamá.

Yo he visto a hombres envidiar el vuelo de aviones y cohetes.

Yo he visto a hombres orar como santos en la hora del peligro.

Pero toda esta rivalidad de átomos y tiempo

tiene que seguir aquí próxima

a la Estupidez y Falsedad

de estas máquinas con memoria puestas entre nosotros.

Para este bote es sólo cuestión de olas

de espumas

para la continuidad de sus días-agua y rumores de caracoles.

En cambio

besos e hipocresía

tienen que seguir

aquí junto a los que en realidad somos un poquito

más bajos que los ángeles

sólo para comprobar

que en realidad somos

el único semen puro

que inmortalizará

la verdadera Era del Hombre.

… Somos la raza de POETAS

conocidos únicamente entre los otros
por nuestros pequeños nombres de hombres

Pero nosotros hermanos

que lo poblamos todo de poesía ciudades con nombres de poesía
inventos con nombres de poesía

deportes con nombres de poesía

sucesos con nombres de poesía

suicidios con nombres de poesía

asesinatos con nombres de poesía

guerras con nombres de poesía

pecados con nombres de poesía

poemas con nomobres de poesía

también hemos de morir

aunque cantemos

en nuestras cadenas

como el mar.

En el último de los tres días de mi primer plenilunio
sobre este pedazo de tiempo relegado a lo líquido

fue cuando se volvió a escuchar el motor del bote

acompañado de la música de un radio a todo dar.

Una prostituta me sonrió desde la puerta de su camarilla.
El capitán encendió un cigarrillo.

El humo iba delante de él.

La precisión de la brújula apuntó sin hesitar contra las primeras gotas del alba.

Al rato

un hombre con sotana hizo las estaciones de la cruz.

Un escuadrón de pelícanos en formación de bombarderos

dio el golpe de gracia a nuestro temor.

La tregua del mar se había consumado …

El rumor de los caracoles se oía claro entonces.

Y todo mundo creíamos escuchar la triste biografía del mar.

Mi sueño de marinero proyectó nuevas dimensiones sobre la alegría de los puertos.

(Por un instante fui uno con el bote y el mar)

Me dije:

Desde hoy voy a poder mirar hacia atrás

como desde la ventana de un automóvil en marcha

sin temor de trocarme en columna de agua salada

porque alguien o algo

aún tiene oraciones

tanto para mí

como para los descendientes de la mujer de Lot.

¡Que oraciones me traigan! ¡Que oraciones me lleven!

La soledad del hombre es demasiado grande para
entregarse de un solo a los caprichos del mar.

Con la misma intensidad de mi primer,

segundo y tercer movimientos sobre lo indomable

quiero que se verifique hoy frente a las playas de mi pueblo un solo rito universal de olas y espumas

y un bote sobre el mar

y que se halle alguien que las contemple

desde el lugar de mi ausencia sobre el barranco

frente al mar aunque el resto del pueblo

anduviera de espadas contra él.

La esperanza de una generación grande
si la medimos por el tiempo

que un mar tarda

en ponerse en forma

para la Eternidad.

Es sobre el mar
que de debemos mirar
si hemos de conocer

la verdadera Edad del Hombre

ignorado por tanto tiempo

entre dos gotas de agua

alojadas en el misterio

de dos fosas nasales
sin ruido y sin tiempo …

La otra noche cuando el mar estaba en calma
el viento sopló
el son de mil:

“Rinqui-tinqui-tín

All dem gial de rinquitinquitín”

suavemente por encima

de los techos de mi pueblo.

El Sim-sáima-si-malóo
fue el primer canto de gallo hacia el amanecer.

La alegría de los peces era nuestra.

Y todos nuestros dientes

se mantuvieron

en una fila recta.

(6 de septiembre de 1968)

TODO VIENE Y TODO SE VA ASI ES LA VIDA

EN CADA PASO QUE DES PIENSA EN JESUCRISTO

EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA

DIOS ES MI ESCUDO Y ME CORAZA

Tomado de: El 19 Digital

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