Dios, el Boxeo y Yo

Redacción: Eduardo González Chang

Ahora sí, entiendo la premisa de todos los deportistas cuando se les entrevista y te contestan de cajón: “¡Gracias a Dios…!”.

Voy a incursionar en mi primera pelea de boxeo amateur y me doy cuenta que el entrenamiento previo a este combate que realizaré el primero de abril en el Chamán, me ha hecho buscar más a Dios.

¿Cómo he buscado a Dios? Por medio de la oración, por medio de mis plegarias, cuando estoy a punto de rendirme después de una sesión exhausta de cardio y guanteo elevo mis palabras hacia mi Creador, pidiéndole fortaleza.

Esto de boxear para mí es un reto personal. La idea nació alrededor de 18 meses atrás cuando estaba internado en un centro de rehabilitación. Le dije a mi terapeuta, MSC. Juan Alemán, que uno de mis planes, era incursionar en el boxeo, me quedó viendo como afirmando claramente su diagnóstico: tengo una “personalidad limite” (TLP).

Vengo de un pasado de consumo excesivo de sustancias y alcohol. Toqué fondo, y al hacerlo me di cuenta que mi enfermedad llamada ADICCIÓN necesitaba tratamiento. Fui un terco de primera, como todos los adictos y estuve internado en par de ocasiones, hasta que el 30 de julio del 2015, ya desbastado físicamente, sumergido en depresión y con el pensamiento más cobarde en mi mente, sucumbí y le pedí a Dios que me guiara, me llevó de nuevo a las puertas de este centro especializado en adicciones: le debo mi vida.

Menciono esto porque a mis 30 años hice carrera y me “gradué con honores” en el bacanal. Para mí, salir a fiestas y tomar diario, era lo que mejor sabía hacer. Le dedique 13 años de mi existencia a esta adicción, me aparte del deporte, incumplí en mi trabajo, rechacé a mi familia y parejas.

Apenas llevo febrero y marzo metido de lleno en el boxeo y esta última semana con más dedicación después de un “wake up call” que me dieron en “La Pólvora Boxing”.

Empecé a practicar MMA (Artes Marciales Mixtas, por sus siglas en inglés) en la academia Xtreme Kombat con el motivo de bajar de peso, para subir mi autoestima y dedicarme a practicar deportes, algo que siempre me ha apasionado, incluso he jugado fútbol en II División Nacional, pero de eso les cuento otro día.

En estos últimos días me he sentido cerca de DIOS, porque es con EL que siento alivio y no me juzga, me quiere tal como soy, es un Dios bondadoso y al estar cansado físicamente mi mente se aclara y solo tengo tiempo para mis oraciones.

Hay un libro muy especial llamado “Vivir Limpios, el viaje continúa”. En el Capítulo 4 “Nuestro ser Físico” comenta un poco sobre mi experiencia con el hacer ejercicios y mi relación con mi poder superior.

José Luis Álvarez, mi rival, lo respeto, pero no me preocupa. El resultado se lo entrego a las manos de DIOS. Incursionar en el boxeo, lo hago para encontrarme conmigo mismo a través de DIOS. Quiero que se vea en mí y en este acto, para algunos “una locura”, un mensaje de que todo en la vida se puede hacer si enfocamos nuestra energía y tiempo en las cosas que nos apasionan.

Hoy es el boxeo, mañana puede ser el fútbol o cualquier otro deporte, lo importante es que sigo dando la “pelea” de mi vida, luchando con mi adicción y con la ayuda de DIOS, ya me siento un GANADOR.

Me despido con este pensamiento que me compartieron: “Aprendemos más en el Valle de las pruebas, que en la comodidad del éxito”.

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