El caso de Alan Pulido: Cuando la inseguridad golpea al deporte

PULIDO

El fútbol mexicano debe estar preocupado después que se ha dado a conocer la desaparición y captura de un futbolista, el de Alan Pulido delantero mexicano que milita en el Olimpiacos de Grecia.

La noticia llego a los portales digitales deportivos en horas de la mañana donde se reporta que el jugador mexicano salió de una reunión social en Ciudad Victoria, Tamaulipas a primeras horas de la madrugada de este domingo 29 de mayo y tomó la carretera interejidal que se dirige a los parajes conocidos como Los Troncones, donde fue interceptado por varios hombres. Junto a Pulido se encontraba su novia, Ileana Salas, quien fue liberada prácticamente al momento, esto es según reportes oficiales de la procuraduría de justicia de Tamaulipas.

El mundo del fútbol no es ajeno a las tragedias y en más de una ocasión se han producido secuestros que han vivido en primera persona algunas de las estrellas del momento de este deporte.

Lo más común en estos desgraciados sucesos no es el secuestro del propio jugador, sino el de alguno de sus familiares para que sea el futbolista el que pague el rescate. En México se ha dado mucho casos como estos, por ejemplo el del ex portero mexicano Jorge Campos, tuvo que pagar 35.000 euros por volver a ver su padre, secuestrado por un grupo de delincuentes que mantuvieron cautivo a su progenitor desde el 17 de febrero de 1999 al 23 de febrero de ese mismo año.

Hubo cuatro detenidos que confesaron pertenecer a una banda mayor compuesta por 16 hombres.

Ahora en Centroamérica hay países como Guatemala y El Salvador que han llegado a niveles de violencia, homicidios, raptos, y disparos, pero el caso mas famoso de un secuestro en su tiempo fue en Honduras, el 17 de diciembre de 2002 el hondureño Henry Suazo fue raptado, hermano de David, quien entonces jugaba en Cagliari italiano y también milito en el Inter de Milán. Henry Suazo, quien jugaba con el Marathon, de San Pedro Sula, norte de Honduras, permaneció secuestrado durante dos semanas.

En Nicaragua se registra un caso aislado de violencia en un enfrentamiento entre las hinchas del Olimpia de Honduras y los Caciques del Diriangen de Nicaragua, el 24 de agosto de 2006, en pleno torneo inter clubes de la UNCAF, dejó dos heridos de bala, decenas de golpeados y 132 detenidos.

Cual es la realidad del futbol nicaragüense en la actualidad se puede llegar a estos sórdidos casos de secuestro? Hasta el momento solo podemos mencionar que el futbol pinolero lo que ha vivido es violencia entre las “barras bravas” dos casos recientes en este Torneo Clausura que se han castigado con el cierre de estadio al publico, el partido de vuelta de las semifinales entre el Walter Ferretti y UNAN–Managua a puertas cerradas, “grave alteración al orden por parte de los fanáticos”, durante el partido del 20 de abril entre los rojinegros y el Real Estelí en el IND.

Este domingo tendremos el partido de ida de la Finalísima para sacar el campeón nacional, se jugará en el Estadio Independencia a puertas cerradas, por la sanción que le impuso la Federación Nicaragüense de Futbol (FENIFUT) a los norteños, por la invasión de campo que hizo la barra kamikaze al concluir el juego de vuelta de la final del Clausura.

Las luces de alarma de la FENIFUT deberían de estar encendidas, pero esa es la realidad que se vive actualmente en el fútbol nacional. No se ha llegado a secuestros ya sea por grupos delictivos o por las mismas barras de los equipos pero si la violencia sigue destacándose, el caso de Alan Pulido es un caso aislado a nuestro futbol pero es motivo de revisión en conjunto con la policía nacional y los clubes de primera división el cuido y la integridad de los futbolistas.

Redacción: Eduardo González Chang

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