Príapo: El Dios de las Erecciones

Príapo: El Dios de las Erecciones

Por: Óscar Tapia

Su imagen fue explotada en la antigüedad tanto con fines sexuales como formula mágica para neutralizar el mal de ojo contra la envidia de las personas. Esta divinidad inferior relacionada con la mitología griega es conocida por el nombre de Príapo y se le suele representar con un vasto falo en perpetua erección. En el pasado, los campesinos vincularon su imponente figura con el campo, asociándolo como dios protector de los rebaños formados por chivos y ovejas, de la apicultura, la pesca, el vino, el cultivo de vegetales y hortalizas.

EL ORIGEN DEL MITO

La creencia más admitida del origen del mito es la que considera a Príapo como hijo legitimo del dios griego Dioniso y la diosa Afrodita.

Otra leyenda nos cuenta una historia muy diferente sobre el nacimiento de Príapo. Afrodita deidad del amor, la belleza y la lujuria, mantenía una estrecha relación con el dios Dioniso. Durante uno de sus viajes a la India, la diosa comienza a citarse con un antiguo amor conocido por el nombre de Adonis, de quien queda embarazada. Tras la vuelta a casa de Dioniso, Afrodita decide mantener las apariencias con él. Su avanzado estado de gestación la obliga a viajar a Lámpsaco para dar a luz a su hijo. Hera, hermana y esposa del dios Zeus, diosa de las mujeres y del matrimonio siente una ira refrenable contra Afrodita y como castigo a su falta de compromiso hechiza al hijo de ésta, obligándola a parir un varón con los genitales deformes.

El último de los mitos cita a Dioniso como progenitor de Príapo, que nació de su unión con una náyade (ninfa de agua dulce).

PRÍAPO, EL PROTECTOR

Como ya he mencionado anteriormente, la figura de Príapo era empleada como talismán para repeler el mal de ojo y a los saqueadores. En la antigua Roma solía erigirse una estatua en honor a Príapo portando fruta entre sus ropas y una hoz en una de sus manos, mientras su hinchada y descomunal verga permanecía en una posición erguida, cuya función principal era la de atraer la buena fortuna en las cosechas.

Durante unas excavaciones llevadas a cabo en la sepultada ciudad de Pompeya en el año 79 d.C los arqueólogos realizaron un hallazgo importante. En una de las residencias más fastuosas conocida como la “Casa de los Vettii”, se halló un grabado de Príapo prácticamente a tamaño natural en el que salía representado con su imponente erección sobresaliendo por debajo de su túnica y acompañado por un saco de monedas sobre una balanza que sujeta con una sola mano. Sus propietarios, dos libertos (esclavos libres) llamados Aulus Vettius Conviva y Aulus Vettius Restitutus, habían logrado amasar una gran fortuna y querían asegurarse de que nadie les iba a envidiar por ello.

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