La sacrificada infancia del mejor libra por libra del boxeo Román «Chocolatito» González

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El sobre nombre de «Chocolatito» viene de familia al igual que su pasión por el boxeo, la fábrica de chocolate comenzó por su tío Javier (primo de don Luis, padre de Román) que lo llamaban así, después a don Luis también lo apodaron de la misma forma pero fue Alexis Argüello (QEPD) quien lo bautizo como “Chocolatito” una vez que lo vio de niño pegando en el saco en el gimnasio Róger Deshon.

Román creció en un hogar humilde con pocos recursos económicos junto a sus hermanos El chele José, Milton y Luis tuvieron una infancia feliz a pesar de sus limitados ingresos, también compartió momentos de su infancia con su hermana Yamileth que vive en Costa Rica, su padre don Luis se encargo de mantener a su familia unida a pesar de todas las circunstancias que atravesaron, trabajo vendiendo veneno, desinfectante para pisos y mata ratas “Vamos a vender pinesol para comprar las botitas de boxear, pero las que valen 120 córdobas no las de 60 ” le decía don Luis a Román para comprarle sus zapatos de uso diario.

El terreno donde creció el ahora Tri Campeón Mundial se llamaba Las Guayaberas, es una quinta ubicada dentro del Barrio La Esperanza, en esos aposentos su padre le dio las primeras clases de mascoteo a Román y desde que sintió el pequeño puño de su hijo supo que sería campeón mundial, el ojo clínico que tiene don Luis lo adquirió por su experiencia en el boxeo amateur a nivel regional en Nicaragua, Cuba y Colombia, se puede decir que su padre pronostico el futuro de su hijo.

De niño Román González siempre fue callado, se podía percibir esa aura de campeón y ese talento nato por el boxeo. “Siempre fue humilde de chiquito, fue tranquilo, nunca nos dio problemas ni a mí ni a su mamá, pero siempre supe que seria campeón mundial un día” expresa el padre del Chocolatito.

En sus estudios llego hasta primer año de secundaria, Don Luis cuenta que llego un momento donde Román les dijo que después estudiaría, que se concentraría en sus entrenamientos, aunque no siempre fue todo boxeo, su deporte preferido de chavalo fue el fútbol, “eso del fútbol, no te va a dejar nada” le decía a regañadientes don Luis, pero cuentan que Román se escapaba a jugar fútbol con sus vecinos mientras su padre salía a vender veneno a las calles.

La mama Doña Liliam en aquel entonces trabajaba en un kiosco en el antiguo malecón y su padre de vendedor trataron de darle lo mejor a Román Alberto González Luna, creció en un hogar feliz y los más gratos recuerdos son cuando en su barrio se reunían con los vecinos y organizaban veladas de boxeo “con 4 mecates y 4 palos se armaba un ring en la casa, el barrio siempre apoyaba con 2-3 pesos para recaudar los guantes de mi hijo, se rifaba con los chavalos de la cuadra y a todos los doblaba, usaban guantes de leche y también en un palo de guayaba se entrenaba antes” recuerda el padre del Chocolatito que ahora lo acompaña en todas sus peleas.

Debutó el 1 de julio del 2005 en el boxeo profesional, a los 18 años, después de 11 años sigue invicto y ha conseguido ser campeón mínimo y mini mosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y en el 2014 se convirtió en Tri Campeón al noquear en el noveno round al Japonés Akira Yaegashi y adueñarse del cinturón mosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Chocolatito ha sido campeón del mundo en tres categorías distintas mide 1,60 metros, en la actualidad posee el cinturón oro y verde de las 112 libras (o 50 kilos) del CMB, Consejo Mundial de Boxeo, tiene 29 años y es el deportista más laureado que tiene Nicaragua. Declarado el mejor boxeador «libra por libra» del mundo por ESPN, The Ring Magazine y distintos medios especializados en boxeo, no cambia su forma de ser y siempre busca de Dios porque le gusta leer bastante los textos bíblicos, prefiere estar en su casa que salir de fiesta, su niñez estuvo llena de sacrificios y su vida como un exitoso boxeador profesional apenas la está saboreando.

Redacción: Eduardo González Chang

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