El santo del zangoloteo

El santo del zangoloteo

El santo del zangoloteo

Llega Agosto, y con él se rompen los fuegos en Managua, empiezan a escucharse los chicheros, los marimberos y, por supuesto, las réplicas de aquel Santo que ha transformado la vida de muchas personas creyentes empiezan a venderse como pan caliente.

Es curioso saber que nuestros indígenas realizaban una celebración similar con el Dios “Xólotl”, pero a diferencia de las fiestas a “Minguito”, en aquel entonces lo hacían con mucha austeridad de placeres, y al finalizar la cosecha del maíz, se liberaban de todas las prohibiciones de la temporada de tapizca (como el licor o las relaciones sexuales).

Pasó el tiempo después de aquella ancestral celebración y fue en 1885 que apareció la diminuta imagen en el tronco de un árbol quemado en Las Sierritas, decidieron traerla a Managua y así año tras año, la tradición que tiene sus semejanzas con el culto indígena, ha sido realizada, claro que con nuevos matices y valores agregados. Mientras con mucha fe unos se entregan enteramente sin importar condición del clima, otros aprovechan para echarse sus “pinkin yukis” en la tradicional procesión.

Cuentan que a mediados del siglo XX, autoridades eclesiásticas declararon que las fiestas no debían continuar debido a los excesos que se observaban en éstas, sobre todo por el alcohol y actos indecorosos, ya desde aquella época se planteaba esa preocupación.

Muchos se preguntarán: ¿Esto ha convertido la festividad religiosa en un acto pagano?; si así como leíste PAGANO, y no podemos olvidar a los famosos “diablitos” pintados de aceite negro que se integran en la procesión bailando de una manera muy particular con el fin de molestar o llenar de grasa a cuanto promesante se les cruce.

Esta lenta, alegre y bullanguera procesión avanza con el santo en hombros de jóvenes cargadores que lo llevan bailando hacia adelante y hacia atrás, zangoloteando la estructura que aloja a la diminuta imagen, de arriba abajo, al compás de chicheros. Por otro lado, para estas fechas también se realizan los famosos “Hípicos”, tan criticados por unos y tan afamados por otros, lo que sí debemos aceptar es que estas celebraciones permiten a los capitalinos salir de la rutina del trabajo y las tensiones, disfrutar con la familia en algún lugar turístico o bien quedarse en casa descansando.

“Minguito” reúne a tradicionalistas que se visten de inditos como el reflejo de comunidades indígenas de Chorotegas que fueron exterminadas de lo que es hoy Managua.

Si algo debemos rescatar es que aúun hay creyentes que se toman con mucha fe estas fechas, dándole la solemnidad que requiere, sin embargo para la mayoría es una excusa más para ser parte del bacanal.

Santo Domingo, o el “Santo del Zangoloteo” como se me ocurrió llamarle, es sin duda alguna una mezcla de tradición, religión, cultura y paganismo, ¿ustedes qué opinan?

Nos leemos hasta la próxima.

Martha Espinoza
Periodista y Presentadora
@espinozajs

Martha Espinoza

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