De los taxistas hablantines… ¡Líbrame señor!

De los taxistas hablantines… ¡Líbrame señor!

De los taxistas hablantines... ¡Líbrame señor!

¿A cuántos de nosotros nos ha ocurrido, que abordamos un taxi y apenas cerramos la puerta, el conductor se dispara a contar historias personales o chismes?

Talvez vamos pensando en cómo llegar pronto al trabajo, o en otros problemas, pero el bendito taxista comienza a meternos plática y a lo mejor no queremos saber nada de eso que nos cuenta.

Resulta que una vez pedí que me llevara a la UCA, cuando le dije donde me dirigía, me dice: Ah, ¿la UCA? ¡Ahí tengo un “culito”! – así se expresan algunos cuando se refieren a una novia. “Vieras que rica esa jañita, vale la pena gastar en ella. Una vez me paró y la lleve donde me dijo, no le cobre y le pedí su número de celular, me lo dio y salimos un día, y ya quedamos jalando”. Y así siguió hasta que llegué a mi destino, me llevaba sofocado, para él, era un logro andar con la universitaria.

Otra día pido a un taxista me lleve a Bello Horizonte, adelante ya llevaba un pasajero al que le iba contando la historia de un sacerdote, que le había pedido lo llevara a varios lados. Contaba el chofer, que un sacerdote le pidió lo llevara a una ONG reconocida, que ahí se baja y a la media hora salió con un cheque, y le dijo: “Ahora vamos al banco a cambiar esto”. Luego de salir del banco le pidió lo llevara a Nagarote, a lo que él le dijo: “Ahí ya es otro precio es fuera de Managua”…”No hay problema” – le dijo el sacerdote. Siguió contando que pasaron comprando arroz, frijoles y sacos de ropa, y lo invitó a comer quesillo, pero como al taxista le hacen daño los lácteos le dijo que mejor otro tipo de comida.

Por esa parte de la plática iba, y veo que se pasa de la dirección que le di, y le digo. “¡Acá tenía que doblar!” – y me contesta: “Por ir entretenido en la plática me pasé”, como se había pasado se fue hasta la rotonda de Bello Horizonte, y regresó, pero el otro pasajero que iba adelante le pidió lo dejase en la rotonda, al parecer ya estaba cerca y decidió bajarse para no seguir escuchando la plática.

Me tocó a mi escucharlo por cuatro cuadras mas, y me dijo: “Estos curas son bandidos, con una sotana consiguen rápido el dinero, pero bueno, esa gira que le hice me salió bonita, ¡Me dio 4,000 pesos, y 1,000 en combustible!”.

¡Qué tal!. De ese tipo de taxistas hay varios, no todos son así, pero hay días en que uno no desea escucharlos, o me importan poco sus historias, pero no soy adivino para saber quién es hablantín y quién no…. de esos taxistas, ¡líbrame señor!

Oscar Tapia
Presentador
@oscarviva13

Oscar Tapia

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