Me equivoqué de entierro

Me equivoqué de entierro

Me equivoqué de entierro

Por los años de mi secundaria no existía el celular, existió cuando ya estaba en la universidad, por cierto no todos tenían el privilegio de tenerlo, y fue el tiempo en que tuve el primero, un Nokia que parecía ladrillo de la paz centro, ¡Grande!. Recuerdo que cuando salía, habían unas vecinas que me chifleteaban que era un indio, parece que les daba envidia por andar un celular en la bolsa. Ahora es común que todos tengan un teléfono portátil, incluso según datos hay mas celulares que habitantes en Nicaragua.

Pero bueno, la falta de comunicación me hizo pasar una historia risible hace unos años. Una tarde llegué de clases y me enteré que un amigo entrañable de mi papá había muerto electrocutado. El señor vivía cerca de mi casa, a casi un kilómetro. En la noche fuimos a la vela, el difunto estaba enflorado en una caja negra con algunos destellos color dorado y las respectivas bujías que alumbraban el féretro.

Cuando ya era noche, nos fuimos, nos acostamos y al día siguiente me fui a clases. Recuerdo que salí temprano para ir al entierro, pero cuando llegué a la casa ya mi papá se había ido, y el entierro ya había salido también. Como no me podía comunicar, opte por tomar un bus que pasara por el cementerio del Periférico (el de Bello Horizonte), creí que llegaría primero y no me perdería las honras fúnebres. Me bajo y pregunto si entró algún entierro y me dijeron que no. Me senté, pasaron unos minutos y nada, me impacienté y me levanté y vi la calle que da hacia abajo y vi que venía gente en un entierro, me alegré porque ya no iba a esperar.

Resulta que cuando se acercaron, vi que la caja es café y no negra como la noche anterior, y me pregunté: “¿Será que le cambiaron la caja?”. Deje que pasaran todos y a nadie conocido mire. Ni modo, me acerqué a una señora y pregunté si el muerto era un señor a lo que me respondió: “No, es una anciana que murió de viejita” [valga la redundancia]. ¡En ese momento caí que me había equivocado de entierro! Cuanta falta hacia en ese momento un celular… Si hubiese optado en ir al cementerio general no me hubiese perdido el sepelio del amigo de mi papá, pero opté por mi intuición y me falló, además que no pregunte antes donde lo enterrarían. Un teléfono celular me hubiese servido para comunicarme. ¡Me perdí el entierro!

Oscar Tapia
Presentador
@oscarviva13

Oscar Tapia

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