Y todo comenzó bailando

Y todo comenzó bailando

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1,2,3… la música suena, los sentidos se activan y es como una chispa de electricidad que recorre el cuerpo y activa cada músculo.
5,6,7,8… ¡Que comience la función!

Pisar a alguien, equivocarse de paso y terminar con la pareja equivocada es normal para quienes ensayan una coreografía o para quienes inician en el mundo maravilloso de la danza.

Aún recuerdo aquella canción “San Miguel” a ritmo de punta que hacía mover el esqueleto a todos en el grupo de danza, terminando bañados en sudor, los gritos de cansancio y la emoción eran comunes en cada ensayo y no faltaba la típica persona que tenía mil pies izquierdos…

Hay quienes nacen amantes a la música, o con el don de lograr movimientos artísticos y de expresar lo que sienten a través movimientos corporales. También hay a quienes desde niñ@s les enseñan la danza clásica, folklórica o variada. En fin, el caso es que son millones de personas que se comunican a través de su cuerpo.

Así alrededor del mundo miles de amantes, aficionados y profesionales de la danza ensayan hasta donde el cuerpo aguante, rescatando las tradiciones de nuestros ancestros o bien creando nuevas propuestas para liberar la energía atrapada en el cuerpo.

Desempolvando la historia nos damos cuenta que ancestralmente la danza surgió de la necesidad de comunicarse corporalmente, con movimientos que expresaban sentimientos y estados de ánimo.

Los primeros movimientos rítmicos sirvieron igualmente para ritualizar acontecimientos importantes como bodas y nacimientos, entre otros.

Y no estamos tan lejos de lo que la historia nos dice, pues actualmente la danza nos permite transmitir lo que sentimos, perdernos en cada movimiento dejando surgir el alma y el espíritu.

Han surgido variedad de ritmos y diferentes estilos de danzar y no podemos dejar de darles el mérito que merecen quienes han rescatado las danzas folklóricas de cada país y el nuestro posee un sinnúmero de danzas que cuentan un poco de nuestra historia cultural, porque cada baile nos transporta a una situación, un momento, un espacio, un tiempo.

La danza divierte, y más allá de ser un pasatiempo, se convierte en una verdadera pasión; que sobrepasa los límites de lo palpable y no hablo de la bailes que acostumbramos a ver en discotecas, me refiero al arte de conocer la cultura y descubrir esa explosión de emociones al ensayar una coreografía.

Con la danza se aprende de todo un poco, principalmente de disciplina, entrega y del trabajo en equipo.

Por otro lado los “pasaditos de peso” deciden bailar para liberarse de las “libritas extras” que tienen atrapadas en el cuerpo, total la defensa es permitida.

Ahh y no podían faltar en esta entrada aquellos “amargados” que dicen que la danza no sirve de mucho o que bailar no es nada atractivo, a ellos les digo que siempre hay que aprender un poco de todo y la danza te enseña mucho más de lo que podas imaginar.

Creo que ha sido suficiente por ahora, a l@s que empiezan en este arte les digo que cuando las cosas se hacen con pasión y un toque de actitud el panorama cambia. ¡Ánimo!

¡Por ahora el telón queda abierto para el disfrute de ustedes!

A los maestros, Amigos y Compañer@s amantes de la danza… porque entendemos el mismo idioma.

Martha Espinoza
Periodista y Presentadora
@espinozajs

Martha Espinoza

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