El Amor
El Amor:
¡De cómo la vida nos va llevando de mar en mar!
Unos más violentos y otros… más calmos.
De orilla en orilla, algunas suaves y limpias… otras llenas de rocas y suciedad…
En medio de todo esto, siempre hay un asunto que coincide, una fuerza similar a la de las olas que te golpean y golpean, a veces delicadamente, a veces duele y mucho: El amor.
Hay mucha gente que se pasa la vida buscando eso… tan extraño, mítico, a veces para algunos considerado la utopía misma, resumida, reducida a una palabra “Amor”.
Escucho tanta gente decir “mi corazón no aprende”… “siempre me enamoro del equivocado”. Otros creen que el corazón no entiende de razón, otros no se arriesgan tanto y pasan años con una pareja aunque no la amen… pero no dejan de soñar y sufren por no tener “Amor”.
El amor, cuando pensamos en el, creemos que es aquella sensación de flotar, sonreír todo el día, cantar y bailar sin razones, cerramos los ojos y si escuchamos la canción adecuada vienen esas mariposas que bailan en tu panza al ritmo de la música.
El amor, en algún momento podríamos hasta sentir que nos volvemos dependientes porque no se disfruta tanto la compañía de nadie, si no es la compañía de tu amado o amada.
El amor, dulce sabor a miel que se derrama de los besos y las caricias, de los momentos que soñamos despiertos o de aquellos en los que planificamos el futuro.
El amor, si hay varias maneras de amar…apasionadas, simples, dulces, tiernas, románticas, llenas de esperanza. Hay varios tipos de amor, a los hijos, a la familia, a las vocaciones, a la vida misma, ¿Por qué enfrascarse en buscar únicamente el de una pareja, si tenés mucho más que amar?
El amor, ¿Quién quiere vivir para siempre, sin tener amor?, ¿Para qué tener dinero, sin alguien con quien compartirlo?. Allí entran esos otros amores que te dan la razón para seguir sin detenerte, seguir sin retroceder, si ponés total concentración en eso, avanzás.
Si no has encontrado el amor en una pareja, lo único que podría decirte es que te relajés, “toda abeja tiene su pareja” y todo ocurre en el momento preciso, no te apurés buscando, ni forzando nada, cuando menos lo esperés va a llegar tocando bombos y platillos, haciéndote notar que allí está, que es el correcto.
¡Si ya lo tienen qué bien! A cuidarlo mucho porque aunque no parezca ahora, se acaba y a veces pronto. Se acaba y cuando acaba no regresa, Se acaba y eso es todo.
Punto final.
Abrazos, Celia.
