Juguetes terroríficos

Juguetes terroríficos

Parecía una niña de ultratumba: Con sus ojos saltones color verde claro, sombreados con grandes ojeras que combinaban con su largo cabello negro enrededado y ese expresivo rostro de sufrida sedienta de sangre. Si a su cara le agregas una boca a punto de gritar que muestra colmillos manchados de rojo y le pegas un huesudo cuerpo que carga entre sus brazos a un bebé desfallecido, creo que no queda duda alguna de su objetivo.

Esos son los juguetes de hoy en día. Nada convencionales. Al contrario, muy distantes a las Barbies con cuerpazo de modelo, sonrisa perfecta, cabello perfecto, ropa perfecta, vida perfecta y esos carros de policías que hacían sentir a los niños como todo un Robocop. Seguramente alguien creyó que ya estaban pasados de moda.

Juguetes terroríficos

Los japoneses son los que más me han llamado la atención. Hacer una muñeca desnuda, cuyas tripas están a punto de salir con tantas cuchilladas, o peor aún, hace un rompecabezas hasta formar a una mujer ultrajada, parece ser un fetiche para algunos. No sé si ese tipo de juguete misógino o “la ruleta rusa para niños” es lo más macabro que hayan creado.

Juguetes terroríficos

Pero, hay otras raras alternativas. Para quienes no desean ver sangre, los “horriblesweet” ofrecen un muñeco nada “violento” – si ver a un ser deforme hecho de nylon, no agrede su sensibilidad, por supuesto – son muñecos hechos a manos y zurcidos adrede sin mayor cuidado, muchas veces cubiertos con vestiditos tejidos que aún así, dan lástima verlos. También hay otra colección de cabezas rosas que combinan muy bien en el cuarto de un niño insensible y seguramente, de otro mundo.

Juguetes terroríficos

Mejor pasemos a las creaciones de Beth Robinson, esta artista que está renovando el mundo de la fantasía con sus “Strange Dolls”. Sus muñecos son tan originales que se dice que el niño o niña puede enviar su cabello o dientes para que se los agreguen al futuro juguete que lo acompañará a dormir, una vez entregado el pedido.

La artista también pensó en aquellas personas que les llama la atención los seres híbridos, con cuerpo humano y cabeza de animal o viceversa. Lamentablemente, no es mi caso, así que las arañas de feo rostro o las desconcertantes aves con cuerpo humano, se las dejo a los excéntricos.

Sin embargo, he de confesar que tras ver muchas “buenas” películas de terror, mucha nota roja y millones de imágenes grotescas desde que era muy niña, no me molesta quedarme con alguna “strange doll”. Lo ultratumba, lo obscuro, el tabú, lo oculto, no es algo que me ofenda. Las guerras, sí.

Pero, claro, Jamás le regalaría un juguete así a un niño[a]. Soñar es parte de su crecimiento, y este tipo de muñecos pueden afectarle psicológica y emocionalmente. Mejor les evito las pesadillas.

¿Ustedes dormirían junto a un juguete así?

Saludos,

Gabriela Castillo
Periodista y Presentadora
@gabrielaviva13

Gabriela Castillo

Ir al canal de Telegram de Viva Nicaragua 13